Si bien la tecnología puede ser un medio de diversión no podemos olvidar el desconsuelo económico que asola el mundo. La desigualdad presente entre las diversas regiones tanto en lo político, económico, social y cultural, tiene consecuencias trascendentales en el ámbito tecnológico. Ahora bien, ¿Para qué se debería utilizar realmente los medios tecnológicos?
Según Ricardo Díez, presidente del Club de Roma, y Cebrián, consejero delegado del grupo Prisa, el uso tecnológico debería ser utilizado ampliamente para lo educativo.
Teniendo en cuenta la repartición de riquezas por todo el planeta, es inevitable pensar por qué Estados Unidos ocupa el primer puesto tecnológico, por qué se desenvuelven tan bien sus estudiantes, y cómo en los países tercermundistas no se pueden realizar estudios básicos, indispensables para la vida humana. Quizás si existiera más reparto, más igualdad, esto se podría evitar y conseguir el bien común.
Fuente: Artículo de Javier Valenzuela. El País, 26 de octubre de 1997
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